Les compartimos un artículo de nuestra rectora, para la revista Edu.co sobre la Educación Montessori.

Por: María José Zuleta, rectora CEM

Seguramente, hace años, cuando María Montessori inició una propuesta pedagógica nueva, distinta y revolucionaria, no imaginó cuan apreciada sería con el paso de los años. El Doctor Jorge Eslava, en una conversación informal dijo con especial gracia que, si hay un hijo en la educación de natural herencia de la inclusión, ese es el Método Montessori. Los niños que inician su vida académica en casa serán personas que no temen y que se reconocen en sus diferencias, no en sus uniformidades.

Con frecuencia, en los esquemas educativos se buscan procesos uniformes que quepan como propuesta en una tabla comparativa; sin embargo, en el método Montessori no podría hacerse un cuadro que enumerara a cada uno de los estudiantes, pues no se espera lo mismo de todos, ni se pide lo mismo, por el contrario, se busca que cada uno desarrolle sus habilidades con las particularidades inherentes desde un respeto incondicional a la individualidad.

Naturalmente esta mirada al niño desde lo más singular es un reto enorme para el educador y para la evaluación calificativa, exige una comprensión profunda de lo individual, un pensamiento abierto para la propuesta de objetivos y una gran versatilidad a la hora de presentarse institucionalmente para caber en los estándares oficiales.

En el Método Montessori no está contemplada la uniformidad en los procesos educativos, se trabaja en función del crecimiento de cada uno de los niños frente a sí mismo, al desarrollo de sus potencialidades y la frecuencia de su propio esfuerzo y dedicación.

Llegar a un ambiente Montessori tiene la cualidad de la similaridad con otros, pero también la maravilla de la impronta personal que cada dirección pone. Los colegios Montessori son iguales en el método, los inspira una propuesta filosófica común y los dirige un enfoque de la historia, pero los define una perspectiva personal, de las personas que leen e interpretan el sistema y lo acogen para una comunidad en particular.

Pablo Lipnizky lo define claramente cuando dice que hay tantos colegios Montessori como interpretaciones haya de la propuesta. En términos generales, hay muchos aspectos comunes: educación para la paz, colaboración si, competencia no, materiales y trabajo silencioso e individual primero y en equipo con conversación después.

En Montessori trabajamos en los primeros años (Casa de niños) con materiales concretos, el adulto es un guía del proceso y este responde a la curiosidad natural de cada niño y a sus intereses (Periodos sensibles). Aprenden unos de los otros y juntos disfrutan el aprendizaje porque aprender tiene sentido en la cotidianidad.

Una vez se termina esta etapa, pasan los años y sucede, se inicia la vida de la educación primaria, en Montessori se llama Taller (1 y 2), un taller en el que se trabaja para construir y reflejar. El proceso de aprendizaje en este paso tiene que ver con la historia y su significado en el presente. La historia que se revisa se compara con el desarrollo del hombre y se hace interesante para el niño en cuanto al descubrimiento de disciplinas del saber, necesarias para la edificación del ser humano.

Las promociones no tienen que ver con las pérdidas sino con los estados del proceso de cada uno. Hay objetivos claros frente al proceso de aprendizaje de cada uno de los niños. En general, los colegios Montessori tenemos que acomodarnos a las exigencias gubernamentales de cada país y, afortunadamente esto es más sencillo de lo que podría parecer, por lo menos en Colombia.

Una vez se termina la primaria entramos en la propuesta Montessori para una educación secundaria, en la que se avanza en la abstracción de conceptos que se llevan a la práctica a través de emprendimientos prácticos. Poco a poco se complejizan los conceptos, se advierten los nuevos intereses en los niños y nos preparamos para satisfacerlos. Es decir, en el sistema Montessori se inicia con procesos concretos que preparan las mentes para la abstracción de conceptos que nuevamente se hacen concretos en la materialización de ideas y sueños de los niños.

Hay países en donde los colegios Montessori tienen granjas y huertas que se convierten en vehículo de sostenibilidad. La vida educativa Montessori es práctica y llena de sentido en el mundo.

Para saber más:
https://montessori-ami.org/
https://www.fundacionmontessori.org/img/img-bnn/logo-web.png